martes, 22 de abril de 2014

La Ficción que NO es tan ficción

Durante los últimos 6 meses no he visto muchas películas, pero sin duda alguna, dos de las mejores que vi en este último tiempo fueron Blue Jasmine escrita y dirigida por Woody Allen y Divergente dirigida por Neil Burger y que está basada en la novela de Veronica Roth

Dos piezas totalmente diferentes en todas sus formas posibles, desde el Guión, pasando por la realización, dirección y culminando en la forma en que fueron montadas; pero a la vez con algo en común en su trasfondo narrativo; toma personajes, que son cada vez mas humanos y parecidos a nosotros los espectadores, que tienen un universo de partida, amenazado por un conflicto que los hace salir y buscar restablecer el equilibrio, buscando una nueva vida, sin poder olvidar el pasado, que fue el que dio origen a la manera en que actúan hoy y por el cual son lo que son. 

En otras palabras, nos hablan del presente, tomando como eje central factores sociales con personajes humanos, nos habla en tercera persona y los personajes se hacen presentes fuera de la pantalla e interactúan directamente con nuestra vida, planteando reflexiones vivenciales que nos permiten a la vez identificarnos con el mundo que nos plantean los directores de ambas películas.

Blue Jasmine, película que le dio el Oscar a mejor Actriz a Cate Blanchett, nos vuelva a afirmar la teoría de que todo lo que sube tiene que bajar, un día puedes estar en la cima del "exito" y otro día abajo. Las vueltas que da la vida del personaje de Jasmin, al pasar de ser multimillonaria a perderlo todo y comenzar una nueva vida a la que no está acostumbrada, teniendo además su pasado latente que la atormenta y que durante toda la cinta pareciera jugarle en contra, nos da una visión de que lo material no es lo que hace a la vida interesante, sino lo que sucede alrededor de nosotros y que no pasa por lo material. 

Además, la película pone sobre la mesa la idea de que todos somos seres iguales, por lo menos en un primer plano, como personas activas de una sociedad, con las mismas posibilidades de crecer, como de fracasar; después los tipos de personalidad y todas aquellas características que nos hacen ser individuos y nos diferencian de los demás, son agregados que cada uno tiene para alcanzar más rápido ese "exito" que deseamos, pero son justamente esas diferencias las que nos dan esa riqueza y diferencian de otras razas de seres vivientes, sin embargo y pese a todo esto, todos merecemos ser tratados bien, ser felices, amar y ser amados, pelear, luchar, soñar y sobre todo vivir en paz; esto último puede sonar a frase cajón, pero es tan real como el cliche de decirla.
     
Igualmente real al decir que el ser humano tiene multiples características, tanto exteriores como interiores, las primeras son visibles y tan variadas como las segundas y que solo se descubren a través de la interacción, la vivencia, pero por naturaleza todos somos "Divergentes", y pretender encasillarnos con una etiqueta, sea la que sea (CordialidadErudiciónVerdadAbnegación, u Osadía) sería un error; al igual que creer que la sociedad, en el camino a erradicar problemas sociales, debe ser dividida en grupos, donde sus miembros poseen una sola característica y peor aún que los verdaderos peligros para esa sociedad son aquellos que piensan y sienten diferente; sin embargo si leen todo lo que acabo de escribir se darán cuenta que, a grandes rasgos, se describió la sociedad contemporánea y los intereses de los que más arriba están al pretender sectorizar a la humanidad y tratar a cada grupo según su especificidad.

Todo lo anterior, está relatado de una manera dinámica en la película "Divergente" la cual está basada en un libro y es la primera de una trilogía, que a mi modo de ver, pretende poner en cuestión la sociedad del presente y hacer una crítica a la sectorización que pretenden los altos mandos de los paises, las empresas e incluso, entre nosotros mismos al etiquetar a las personas según alguna característica que sobresalga de ellos.

Es una película que además, presenta un montaje dinámico, que hace fluir las 2 horas y media de duración con una estructura narrativa clara, en la que se puede percibir claramente el desarrollo progresivo de la historia, sin crear confusiones durante el relato y haciendo que se pueda disfrutar; Blue Jasmin por su parte tiene un montaje un poco más clásico, pero en su estructura incluye elipsis de tiempo que nos muestran una y otra vez al pasado del personaje principal y lo comparan con el presente que vive, haciendo que de esta manera conozcamos un poco más al personaje y su historia completa.

En cuanto a las actuaciones, considero que Cate Blanchett, hace un papel excepcional al igual que el resto del elenco que los acompaña, el personaje dual que es Jasmin, está muy bien representado, incluso durante el mismo tiempo narrativo. En Divergente, las actuaciones son más convencionales sin poder resaltar ninguna en particular, sin embargo los personajes están tan bien construidos que son creíbles y generan distintos sentimientos en el espectador.

Dos películas para ver con los ojos puestos en el presente, que proponen una reflexión incluso sobre nuestra vida como individuos dentro de una sociedad que avanza y con la que tenemos que avanzar sin que esta nos haga desaparecer y por el contrario podamos sobresalir como seres pensantes y no consumidos por la misma.