lunes, 10 de junio de 2013

No entiendo muy bien el terror de hoy en día


Hace un tiempo que vengo buscando una buena película de terror, haciendo referencia a una pieza que de verdad me pueda dejar traumado de por vida, o al menos que genere algo de miedo en el subconsciente; aún no la he encontrado. No sé si tiene que ver con que no soy tan asustadizo como pensé que era o simplemente el terror de hoy día no es el mismo de antes.

1408 es una película del año 2007 basada en la historia de Stephen King y dirigida por  el director sueco  Mikael Håfström y que a su vez es protagonizada por John CusackSamuel L. Jackson, and Mary McCormack.

Cuando me la recomendaron me dijeron que era muy buena, en un parámetro general, teniendo en cuenta lo que entra dentro de la idea de una película buena y una mala, en todo caso, no discuto que sea buena, sin embargo, no es una película de terror.

El género de terror tiene muchas variantes y bastantes recursos para generar situaciones, atmósferas y en últimas para asustar al espectador; una de esas variantes es la del terror psicológico, que tiene estrecha relación con el hecho de introducirse en la mente del espectador y ponerlo en una situación donde su cerebro no puede distinguir entre lo que es real y lo que no, lo cual pasa a menudo en los sueños, en este caso particular, en las pesadillas.

Esta película a mi modo de ver, no es de terror de ningún tipo, aunque intenta inscribirse en el ámbito del terror psicológico; los recursos del género no fueron bien utilizados y en este sentido la película cae en una sucesión de eventos que no generan el más mínimo temor en el espectador, incluso por momentos parecen absurdos.

Considero interesante rescatar factores de producción tales como la multivariación de una misma locación con las distintas temperaturas utilizadas, desde la congelación, pasando por el fuego y la destrucción total, imágenes que conceptual y narrativamente nos dan una idea de la locura mental por la que comienza a pasar el personaje; sin embargo, los hologramas utilizados como representación de las otras personas que murieron en la habitación lucen realmente inverosímiles y se ubican lejos de la idea de generar miedo.

Por el lado del montaje, la fotografía y algunos aspectos narrativos, la película resulta interesante e incluso sorprendente por momentos, las actuaciones están bien encaminadas y la ciudad de Nueva York es propicia para el desarrollo de la historia.

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