lunes, 10 de junio de 2013

Una Más sobre Eurovisión



Dentro de mis ciclos de “Una película por día” que no he podido cumplir a cabalidad pero que al menos se ha mantenido en un número considerable, no había contemplado la idea de ver un documental, salvo cuando iniciara a realizar los exámenes finales de la maestría, donde de seguro un par tendría que ver. Sin embargo, rompiendo el esquema que venia tratando, fui invitado una vez más por mi adorable novio a ver “The Secret History of Eurovision (escrito y dirigido por Stephen Oliver)” y es así; History y no Story, pues tiene que ver con la historia de Europa desde la década de los 50, hasta el año 2010, pero no solo la historia del concurso, sino la del continente como tal.

Es un documental de una hora y media, enmarcado dentro de la línea expositiva, pues utilizando la voz en off de un narrador y apoyado por imágenes, expone y propone un recorrido sobre el concurso de Eurovision dando un contraste a la vez histórico – político – social con diferentes eventos vividos en Europa desde la década del 50.

Los eventos quizás más importantes narrados aquí: la creación del concurso, los cambios tecnológicos con la llegada de la televisión en los 50 y más adelante con los teléfonos y los celulares posteriormente, así como también la división histórico – política de Alemania y por tanto la caída del muro (1989).  Lo más interesante del documental es la articulación que crea entre la historia del concurso y la historia del lugar donde este nació, Europa, mientras deja en claro lo que iba sucediendo en paralelo.

Pueblos en guerra, destrucción y muerte; en otro lado del continente la guerra era de tipo musical y con letras que hablaron en distintos momentos de la situación del mundo en un clamor por el alto al fuego y a unirse en torno y en calidad de seres humanos, es así que mucha gente recuerda el concurso como un momento de escape, de esparcimiento y entretenimiento sano, alejado de las noticias sangrientas que sumaban muertos a las listas y que contaban también como la realidad del momento.

El lado bueno, el lado malo, lo positivo y lo negativo, como siempre un contraste marcado en la historia no solo de Europa sino del mundo entero y como es usual la música presente y aparentemente indiferente de cualquier situación política, social, económica, pero a la vez la participe número uno, a la hora de protestar y también de unir en un canto a la vida, por medio de acordes que nos transportan a cada uno a un lugar diferente y a vivir en paz y armonía como individuos que somos, abriendo campo a la reflexión medida sobre la vida misma; una fiesta que todos los años convoca al mundo entero a divertirse y competir sanamente mientras corren una a una las notas de cada tema e inunda los hogares con música, baile y distintos idiomas, una unión donde pareciera no importar, ni la lengua, ni el color, mucho menos las preferencias sexuales, políticas o religiosas, eso es Eurovision…

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