domingo, 16 de junio de 2013

Un condado silencioso, una casa en la esquina, un excelente guión y muy buenas actuaciones...



"5150 Elm's Way" o "5150 rues des ormes" o "La casa al final del Callejón" es una película Canadiense de terror psicológico y drama dirigida por Éric Tessier y protagonizada por René-Daniel Dubois y Marc-André Grondin y está basada en el novela homónima de Patrick Senécal.

Debo decir que es, por lejos, la mejor de las películas que he visto dentro de este ciclo de "Una película por día". No es una película de la cual pueda escribir cualquier cosa, desde la historia en sí misma, hasta la corrección de color, pasando por el guión, actuación, efectos especiales y edición, es una película muy bien lograda.

Comencé a verla y lo primero que observe, fue el contador de la duración de la misma. 1 hora y 50 minutos, no es mucho en realidad, pero si era una mala película iba a ser eternamente mortal verla, acto seguido y desde el primer plano de introducción, no pude apartar mi vista ni si quiera por un segundo de la pantalla. 

Aunque la estructura narrativa es lineal, no es una película común y corriente que inicie presentando a los personajes etc... inicia en acción con el planteamiento de un primer conflicto y con sucesos que llevan de un conflicto a otro, se podría decir, en cierta medida que toda la película se desarrolla con un punto de giro seguido de otro y en un permanente clímax, en lo que todo lo que sucede si bien es sorpresivo, poco a poco aumenta el nivel dramático y pasa de la sorpresa al desconcierto total.

Es una película que maneja a nivel de imagen una estética clara pero en su guión un planteamiento oscuro, adicionalmente propone esquemas mentales y conceptuales que esboza de manera poco clara al principio y tiene como resolución un evento futuro que no solo aclara la "complejidad" que la historia puede plantear en determinado momento sino que cierra una a una las diferentes etapas de la historia que allí se plantean. Aunque suceden cosas inverosímiles por momentos, la justificación de las mismas tiene un resguardo en la cotidianidad; los sueños y pensamientos utilizan un tono natural de la pesadilla y se debate entre la vida y la muerte y por tanto entre la luz y la oscuridad.

Las actuaciones son muy limpias y encajan dentro de perfiles claros de personajes no habituales más si cotidianos, personajes que pasan del amor al odio, de la desesperación a la calma y de la sobriedad a la extrema locura mental, todo esto producido por las acciones que se generan entre ellos, son personajes, que, por más que puedan resultar bizarros y por momentos no existentes, lucen y actúan como humanos verdaderos, acto que permite una identificación constante en la película, permitiendo que el espectador odie, se desespere y busque mil y una salidas a la vez que el personaje lo hace.

Para finalizar solo me queda recomendarla a todos los que lean este blog, asegurándoles que serán 106 minutos en los que su mente vivirá y entrará en un mundo del que les costará salir al finalizar la película.



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