miércoles, 27 de julio de 2011

Bajo un sol sofocante

Por la ventana del 26 piso del edificio en el que me alojo en Singapur la niebla del día, seguida por una fuerte lluvia me ciega la espectacular vista de la isla, después de unos mints de creer que el plan del día se ha echado a perder, el cielo se despeja, el agua deja de caer y con cámaras en mano es hora de salir a enfrentar el duro calor de la ciudad.

El encuentro con la cultura Asiática ha resultado interesante, tener que conservar la izquierda en lugar de la derecha es algo más que de educación y un encuentro subterráneo con la tecnología que absorbe a todos y cada uno de los habitantes de esta isla, eso es posible verlo en el metro cuando todos van con sus smartphones chinos, iphones y demás, alienándose completamente del mundo exterior del cual ellos quizás lo ven monótono y yo no por ser ajeno a este.

Finalmente después de media hora con este panorama y de que el metro saliera a la superficie y nos dejara ver parte de la ciudad, llegamos al jardín chino y japonés, un mismo jardín en el que confluían construcciones de estas dos grande culturas, desde pagodas impresionante hasta los animales del horóscopo japonés en los que claramente identifique que soy el conejo, agradable, inteligente y cariñoso.


Bajo un sol sofocante y sin ver el reloj ni por un momento, llegaron las 3 de la tarde, el hambre no había aparecido, quizás porque mi cuerpo no se ha adaptado aún o porque en serio fue interesante el jardín.  En todo caso, el día se fue volando, fuimos a almorzar algo suave y luego a caminar por una de las zonas de más comercio en Singapur Orchard Road al que de seguro volveremos a comprar de todo.

El día terminó con una cena India, en la que los sabores se mezclaron con el picante y me hicieron recordar otros bellos momentos en Colombia, en la que iba a comer este tipo de comida y se tornaban en momentos en los que la misma cultura de nosotros se volcaba a entender como comían aquellas personas de la India, ante lo que es increíble que por medio de las papilas gustativas se pueda acceder a tanto conocimiento, luego un helado, algo sencillo para cerrar, una buena charla sobre la segunda guerra mundial, regresar al departamento y a descansar para mañana arrancar otro día más en esta isla moderna.    

1 comentario:

Anónimo dijo...

cada dia vas a ver cosas nuevas y mejores que las anteriores.... porfa saca lo bueno que te da cada una....