La mañana del cuarto día comenzó siendo otro día más donde recorreríamos las calles de Singapur viendo gigantescas y modernas construcciones en una de las zonas de negocios más imponentes del mundo. Varias vueltas por diferentes sitios nos llevaron del museo de los guerreros de terracota hasta la zona de negocios y de ahí a un león (símbolo principal de singapur) que tiraba agua por la boca.

Luego de caminar largas horas y seguir disfrutando de la avanzada arquitectura que proponen los edificios de la ciudad de los leones, se hizo de noche y el encuentro con el arte no se hizo esperar. En el museo de Arte y Ciencia se encuentran dos exposiciones que no se pueden perder, Salvador Dali y Vincent Van Gogh.
El expresionismo de Dalí y todas sus locuras, entre esas sus relojes derretido, había tenido la oportunidad de verlas antes en su museo ubicado en Tampa, FL, Estados Unidos, donde los cuadros de pared a pared se robaban la atención; por desgracia esta exposición a la que asistíamos emocionados para tener una clase de arte que nos hiciera crecer más como personas resultó siendo más una instalación de algunas piezas y otras replicas de las pinturas más no las originales, lo cual fue decepcionante, sin embargo tener contacto nuevamente con el arte de Salvador Dalí fue algo que valió la pena hacerlo.
Por el lado de Vangogh fue similar, aunque esta por ser la exposición principal tenía un montaje de música y video excepcional que nos dio una idea del tipo de arte que él hacía.
Van gogh siendo un pintor neerlandés, fue uno de los principales exponentes del posimpresionismo, sus pinturas fueron más de 900 cuadros entre los cuales por supuesto cuentan sus famosos autorretratos, sin embargo hasta después de su muerte la real calidad de su vida no fue reconocida y por tanto no se le proclamó en vida como uno de los grandes maestros de la pintura. Fue de gran influencia en el siglo XX para pintores impresionistas alemanes y gracias a las numerosas reproducciones de sus obras es que fueron conocidas, entre esas esta exposición que presenciamos nosotros en la que nos vimos envueltos de arte sonora y visual.
Al final del día una buena cena en un restaurante mexicano, con mucho picante y muchos sabor latino. A descansar y esperar uno de los planes más irresistibles de Singapur, el safar de noche, una experiencia única que no todo el mundo ha podido tener, aunque este plan será hasta mañana, día en el que completaremos 5 días alejados al otro lado del mundo.
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