martes, 24 de julio de 2007

"Memorias Faraónicas" - Día 6

Hace un mes, emprendí un viaje hacia El Cairo Egipto del cual no esperé más que sorpresas, y que claramente me dejó una fascinante experiencia de vida, a nivel cultural y personal.Serían 17 días al otro lado del mundo, otra gente, una cultura diferente, país musulmán, desértico y sin duda alguna lleno de historia en cada cuadra. Ahora comparto las memorias recogidas día tras día de este magnifico viaje interoceánico.


Sábado 23 de Junio de 2007


Son las 6 de la tarde: (10 de la mañana en Bogotá) hoy escribo temprano porque hemos regresado antes al apartamento a descansar después de una larga mañana recorriendo las pirámides en la Necrópolis de Giza que realmente son una maravilla imponente y fantástica sin descartar por supuesto la Esfinge; que finalmente vienen siendo monumentos de millones de años.


Por un lado, 3 pirámides: La gran pirámide de Keops con 2.500.000 piedras aproximadamente, también la pirámide más pequeña de estas tres la de Micerinos y la mediana que es la pirámide de Kaefren, estas tres por un lado construidas como tumbas de sus respectivos farones, incluso a cada una de estas se puede ingresar hasta la cámara principal donde se encuentran solo los sarcófagos; pero lo que realmente es impresionante pensar en que esa gran cantidad de piedras del tamaño incluso de una persona fueron colocadas estrategicamente por los esclavos de la época, quienes sin duda alguna sufrieron innumerables dolores cargando y ubicando estas grandes piedras y haber logrado construir una de las maravillas del mundo.


Es abrumador sentirse en este sitio, tan mínimo, tan pequeño, como una hormiga... ingresamos solo a la cámara principal de la pirámide de Keops, la entrada era bastante estrecha y empinada y por esto mismo el recorrido llegó a tornarse agotador y tenebroso; pero ver el corte perfecto de las piedras donde se encuentra el sarcófago fue realmente impresionante.


El calor era acechante adentro y afuera, el sol en su máximo punto nos hacía sudar, estábamos en medio del desierto, en frente de grandes construcciones y los egipcios se rebuscaban el dinero como mejor podían, vendiendo imágenes, camisetas túnicas entre otras cosas; incluso hasta los que tenían camellos no hallaban una forma más de sacarle dinero a los ingenuos turistas; cobraban por tomar una foto, por el paseo, por un tour hasta el desierto, porque si y porque no.

Y aunque a veces se tornaron jartos siguiéndonos con sus productos y regalándonos cosas para luego tener que comprarles otras; digamos que eran males menores superables.


Sin embargo, sentí el calor intenso del desierto que era bastante abrumador; luego, la Esfinge, un monumentos grandísimo que fue construido para alejar a los ladrones de pirámides; la típica forma; mitad león con cara de humano, sin nariz pero inmensamente bella. Cada piedra puesta en su sitio; único e irremplazable con el fin de formar tan bella estructura.


Rocas en el suelo, el sol en el cielo azul sin rastro de nubes y arena por lado y lado. Algo realmente impresionante; incluso tuve tiempo de recordar que la Diosa del Pop; Shakira hacía poco tiempo había dado un concierto y su escenario había sido ubicado al lado de las pirámides; un espectáculo sin duda lindo.

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